ELECTROQUIMIOTERAPIA
Como resultado de numerosas investigaciones, ha surgido la electroquimioterapia (ECT), una nueva terapia antitumoral introducida por M.Okino en 1987. En esta modalidad terapéutica, se combina la administración de drogas citotóxicas poco permeables en forma intravenosa o local seguido de la aplicación de trenes de pulsos eléctricos cortos e intensos en el área tumoral. Este nuevo tratamiento tiene como objetivo fundamental facilitar la entrada y acumulación de estas drogas en el interior de células y tejidos tumorales, aumentando de esta forma el efecto deletereo sobre las células malignas.
En la actualidad, numerosos grupos de investigación han realizado ensayos preclínicos y clínicos con excelentes resultados, en los cuales se ha puesto en evidencia la efectividad de esta terapia. Estos ensayos han sido realizados fundamentalmente con bleomicina y cisplatino, dos drogas citostáticas que actúan produciendo ruptura en la molécula de ADN y formando aductos del ADN respectivamente. Ambas drogas tienen pobre difusión a través de la membrana plasmática, dada a su complejidad estructural. Gracias a la electroquimioterapia, el efecto de estas drogas resulta altamente beneficioso, con la ventaja de una toxicidad mínima del tratamiento.
MECANISMO DE ACCIÓN
El mecanismo de acción de la electroquimioterapia es bien conocido. En condiciones fisiológicas normales, el campo eléctrico en la membrana es de aproximadamente 10V/cm; valor conocido como potencial transmembrana. Cuando se aplica un campo eléctrico por encima de este valor umbral, la membrana sufre cambios que conllevan al incremento de la conductancia y la permeabilidad, a este efecto se lo conoce como electropermeabilización, el cual ha sido utilizado desde hace mucho tiempo para facilitar la introducción de colorantes, anticuerpos monoclonales, genes y drogas en células. El fenómeno de la Electroporación provoca la formación de poros no selectivos en la membrana celular, de forma transitoria y reversible, sin afectar la viabilidad celular, con el consiguiente aumento abrupto de la permeabilidad. Este hecho permite la entrada más eficiente de la droga al tejido tratado, que de otra manera no difundiría lo suficiente.
Existen factores inherentes a la técnica que deben ser controlados y evaluados para una correcta electroquimioterapia, como ser la droga utilizada, la frecuencia y duración de los pulsos, la intensidad de los mismos, la orientación de los electrodos y la conductividad de los tejidos.