Electroquimioterapia en caninos y felinos.
Experiencia en Argentina
Felipe Maglietti – Matías Tellado – Sebastián Michinski.
Hemos formado desde hace 4 años un equipo de trabajo multidisciplinario con profesionales médicos, biólogos y veterinarios especializados en distintas áreas vinculadas a las ciencias de la salud, lo que nos permite brindar una atención de excelencia a pacientes oncológicos derivados logrando en estos años todos los objetivos planteados priorizando lo asistencial y trasladando los datos obtenidos de más de 100 pacientes a la investigación clínica.
La electroquimioterapia (ECT por sus siglas en inglés) es un novedoso tratamiento utilizado en Europa desde 2006 para el tratamie
nto de tumores cutáneos y subcutáneos de cualquier histología que consiste en la administración por vía sistémica de un agente antineoplásico con baja permeabilidad celular, seguido de la aplicación de un campo eléctrico sobre la superficie del tumor. Este campo provoca la apertura de poros en la membrana celular que permiten el ingreso de dicho agente y de esta forma aumentar su toxicidad en interior del tumor unas 1000 veces. El agente más utilizado es bleomicina en primer lugar, aunque existen estudios con cisplatino y doxorrubicina. Como la bleomicina es escasamente permeable a la membrana celular, esta no ingresa en células que no hayan sido “electroporadas”, o lo hace en muy baja concentración [1]. Este tratamiento se utiliza cuando la posibilidad de resección quirúrgica completa resulta inviable o cuando el margen de resección realizado resultó incompleto o mínimo. Esta situación se da frecuentemente en neoplasias de la cavidad oral o cavidad nasal en donde la obtención de un margen de seguridad puede resultar dificultosa o incluso imposible [2, 3, 4,5].
La utilidad de la electroquimioterapia en regiones anatómicas en las que la terapéutica implicaría una intervención quirúrgica radical no aceptada por los propietarios de las mascotas está cobrando importancia en los últimos años. La aplicación como método de adyuvancia local en el área cicatrizal permite aumentar el intervalo libre de enfermedad de los pacientes. [6]
La experiencia mundial de la aplicación de ECT en animales domésticos y en humanos es cada día más común y muestra respuestas locales muy buenas.
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