Lo primero que ocurre al recibir la noticia de que una mascota tiene cáncer es extrapolar el caso refiriéndolo a experiencias vividas por uno mismo o por seres cercanos a uno, que han enfermado de cáncer.
Esto no solo cae en un grave error porque el perro es muy distinto al gato y éste al hombre, sino que también las enfermedades son en muchos casos completamente distintas.
Es importante que hable con el médico veterinario sobre la enfermedad, sobre el diagnóstico, posibilidades terapéuticas, alternativas y pronóstico, antes de servirse información de fuentes que pueden ser correctas pero no ajustadas a su mascota.